Para sentirnos alegres necesitamos salud, una buena actitud y un entorno adecuado. Los alimentos también pueden tener una gran influencia en nuestro estado de ánimo.
Todos nuestros procesos cerebrales (cognitivos y emotivos) están regulados por unas sustancias llamadas neurotransmisores. El organismo los produce a partir de unos determinados aminoácidos, a estos se les llaman precursores.
Para la formación de estas sustancias, el cuerpo necesita de una serie de elementos base.
Con una dieta equilibrada nuestro cuerpo dispone de toda la sustancias que necesita para elaborar estas hormonas específicas. Cuando tenemos alguna carencia o estamos sometidos a estrés, el organismo puede necesitar ayuda para obtener estas sustancias. Evitaremos estas carencias con una nutrición más específica que aporte una serie de sustancias que intervienen en la formación de lo que algunos han dado en llamar las hormonas de la felicidad.
Una alimentación orientada a un aporte específico de nutrientes facilitará al organismo la sintesís de estos compuestos. Es lo que podríamos llamar la dieta de la alegría.
Los principales neurotransmisores que afectan al estado de ánimo, son la serotonina, la dopamina, la norepirefrina y las endorfinas. También hay muchas vitaminas que intervienen en estos procesos como la vitamina A, C y las del grupo B.
Mi recomendación personal, lo que yo como casi a diario para mejorar mi cerebro y mi estado de ánimo. Un plátano, dos nueces, dos piezas mas de fruta, pan integral con aceite de oliva virgen, una cucharada de lecitina de soja.
Hemos seleccionado una serie de alimentos teniendo en cuenta sus propiedades nutricionales que pueden mejorar nuestro rendimiento mental y estado de ánimo:
Almendras – Aguacate – Plátanos – Yogur – Queso – Huevos – Carnes – Levadura de cerveza – Cereales – Col – Coliflor – Brócoli – Espárragos – Girasol – Arroz – Avena – Nueces – Pan de centeno (preferentemente integral) – Pastas – Pavo – Salmón
Ejemplo de dieta para un día:
Desayuno: Frutas y/o Tostadas con pan de centeno (integral) y aceite de oliva.
Infusión de te verde.
Almuerzo: Ensalada de brócolis con aguacate y nueces. Pollo a la plancha con guarnición de guisantes. Huevos revueltos (de granja o ecológicos)
Un plátano antes de comer o como postre.
Merienda: Loncha de jamón ibérico con pan integral, nueces o almendras.
Cena: Pescado azul. Guarnición de verduras al vapor (coliflor, brócoli).
Pieza de fruta.
Se pueden tomar verduras crudas o frutas entre comidas.
(con mis agradecimientos a Inma)
Te has olivado del «legumbre de felicidad», el garbanzo!